Desde nuestro punto de vista, uno de los peores comportamientos vienen de la mano de la INDUSTRIA, la industria necesita bajar costos, menos mano de obra, menos calidad en las harinas, añadieron mejorantes “QUIMICA” para todo, para que fermente rápido, para congelar, para dar color, olor, para que no se pegue en las maquinas…, como consecuencia un pan de bajísima calidad, esto dio como resultado que en los años 60 empezara esa bajada de consumo. Los consumidores pasaron de saborear el pan a utilizarlo solo para empujar la comida, el pan no sabía a nada, no valía nada, costaba trabajo hasta comérselo, a eso se le añadió lo de que “el pan engorda”, pero ¿realmente engorda?, ahora sabemos que no.
Esto hizo reaccionar al PANADERO ARTESANO, esas personas que SÍ sabían hacer pan, esas personas que SÍ sabían que su producto participaba mucho y a diario de la SALUD de las personas y que se preocupaban por ello, su trabajo diario, paciente, lento, fue calando hondo en los consumidores y así fue naciendo poco a poco una CULTURA del PAN, pero claro, las INDUSTRIAS son fuertes y nada tontas, y también tenían que reaccionar. Poco a poco fueron copiando al ARTESANO, y fueron ADAPTANDO los adjetivos, las formas y los conceptos a esa NUEVA CULTURA, pero sin perder sus puntos de vista donde lo ECONOMICO gana con mucho a la SALUD y donde para colmo ahora lo cobran a precios de GOURMET : “doble beneficio”. Ahora la PREOCUPACIÓN por el cliente y el resultado no es ni más ni menos que el que estamos viviendo, donde las mentiras del pan, son más mentiras.
Grandes cadenas, normalmente franquiciadas, con panes CLONADOS que les venden las grandes INDUSTRIAS y que llevan masa madre con todos sus químicos (o en polvos o congeladas) y que reposa en grandes cámaras. Con eso ya parece que se han ganado los adjetivos o las características por las que tanto hemos luchado los ARTESANOS, pero el resultado es un pan de bajísima calidad y en muchas ocasiones poco o nada SANO. Eso lo detecta hasta gourmet más principiante, el problema es que el cliente no lo detecte. En ese caso, su salud y el pan están otra vez en peligro.
Ahora no nos queda mas remedio que amar más la profesión, sabiendo que lo más importante que tienes es tu cliente y que en una pequeña parte, su salud depende de su alimentación y que el ÚNICO alimento que SEGURO consume a diario es el PAN.
En segundo lugar aplicando todas las técnicas de un buen artesano, sea cual sea, la cantidad de pan que tienes que elaborar, no queriendo bajar costes para obtener más márgenes, sino aumentando la calidad para tener más clientes satisfechos. Contar con unas instalaciones adaptadas a albergar una cantidad importante de PANADEROS: todos formados en procesos de ARTESANIA, en procesos de CALIDAD, en procesos de SALUD, y que nos ayude a salvar el obstáculo que supone la regularidad cuando aumenta la cantidad. Es importante recordar que en La Colegiala solo vendemos lo que elaboramos nosotros mismos. No existe ninguna empresa que franquicie panaderías y pueda decir esto. Somos únicos en España, eso de por sí, ya es una garantía.
Lo que si tenemos claro es que de nuestras nuevas instalaciones no saldrá JAMAS un pan de baja calidad, de la misma forma que no saldrán dos panes iguales.
Tenemos claro que una cosa es decir y otra más complicada hacer. Nosotros desde nuestra profesión, desde las enseñanzas de nuestro maestro “Manuel”, hacemos todo lo que está en nuestra mano, pero por si nos equivocamos, creamos hace más de 20 años un departamento de Nutrición y Dietética, que junto con la Universidad de Murcia y Orihuela, analiza todo nuevo producto antes de salir al mercado. Con eso nos garantizamos a nosotros mismos y al cliente que lo que come es SANO